"Internet sirve para entender"



Esta entrevista se realizó tres días después del 11-S. Vicent Partal me recibió en su casa y entablamos una larga y tranquila conversación sobre las repercusiones mundiales del dramático suceso sin todavía conocerse quiénes habían atacado y los motivos. Todo eran especulaciones. Hablamos del panorama político mundial, pero también del periodismo digital y de la evolución de Vilaweb desde sus inicios.

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Fecha de publicación: 14/09/2001
Entrevista con: Vicent Partal, director de Vilaweb
Autora: Karma Peiró
Publicada en: en.red.ando (*)


El periodista Vicent Partal es una de aquellas personas que, situados en el mundo de Internet, no debiera necesitar presentación. Desde el momento en que inauguró el primer sistema de información en catalán, El Temps online (1994), pasando por La Infopista Catalana (1995) hasta llegar al Vilaweb que dirige hoy, ha defendido un nuevo modelo de periodismo, el que se estaba gestando en la Red. Además es uno de los principales impulsores de la cultura de las redes en el ámbito del catalán pero con un espíritu global.


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Bajo la mirada de la globalización

P: Como periodista y analista de política internacional, ¿qué opinión le merece el ataque perpetrado a EE.UU?
R: Creo que he de expresar mi opinión, no mirando la última semana sino la última década. Hay una serie de fenómenos que están pasando y que me sitúan en el cambio de era, en el cual Internet tiene mucho que ver. Esto demuestra que la globalización no es unidireccional. Se ha querido mostrar que la globalización era un fenómeno expansivo de Occidente hacia el resto del mundo, y que sólo se globalizaba aquello que se podía -la información, la economía, pero no la política, etc.-. Nunca antes habíamos visto algo como lo ocurrido y, de repente, esto nos demuestra que las herramientas de la globalización también se pueden utilizar contra lo que se pretende que sea el mundo global. Estos días hemos visto mucho el dolor del pueblo de los EE.UU, pero ese mismo dolor ya existía en el mundo. Una de las imágenes que más me impactó cuando trabajaba de corresponsal en Sudáfrica, en Ciudad del Cabo, fue en uno de los momentos más duros del apartheid. Acababan de matar a mucha gente y entré en un barrio para localizar la iglesia donde se celebrarían los funerales. Toqué a la puerta de una casa donde se escuchaba a una joven cantando. La puerta era de cristal y en cuanto me vio se puso a llorar, echó el pestillo y echó a correr hacia dentro de la casa.... porque yo era blanco. Aquel día me sentí totalmente afectado, porque pensé que había algo que se escapaba de las manos de todos nosotros. Yo podía ser antiapartheid pero era blanco y eso no lo podía evitar.

P: El dolor en el mundo existe desde hace tiempo, pero hacía tiempo que no veíamos a Occidente con tanta tristeza, rabia e impotencia...
R: Yo creo que el atentado de las Torres Gemelas, la reacción del mundo Occidental, es razonable por lo que ha pasado. Pero no se está mirando la realidad del planeta, sólo la de Nueva York, la del Primer Mundo. Porque esto es horrible pero no es mucho más inmoral que lo que ha estado pasando en el resto del mundo durante décadas. Y sé que es muy duro, pero es como lo veo.

P: El problema es que han ido a tocar al país más potente, al más orgulloso de su nación, al más armado, al que irá a buscar una venganza mucho más sonada... ¿Qué represalias podemos esperar?
R: Estados Unidos es un país mucho más complejo de lo que muchas veces pensamos en función de las informaciones que recibimos. No sé lo que puede pasar. Lo que me preocupa es la incapacidad de liderazgo político. Bush es un inútil total y su administración no está a la altura de un momento histórico como éste. Y seguramente atacará a alguien, lo que no sólo no ayudará a solventar este conflicto, sino que lo complicará todavía más. Pero hay dos elementos que no hay que perder de vista: el primero, es que la política internacional es muy lenta. Las cosas se van madurando muy poco a poco.

P: Explíqueme con un ejemplo cómo es la lentitud de la política internacional
R: Por ejemplo, han tenido que pasar casi 20 años para que EE.UU se diera cuenta de que Israel no es el único que puede ser su aliado en Oriente Medio. Para mí y para tí pasan centenares de cosas que crees que puede destrozar todo lo pactado, pero no es así. Cuando un proceso arranca tiene una fuerza enorme. El proceso de Irlanda del Norte pasa por momentos que parece que se vaya a romper, pero está perfectamente aferrado a una base. Por tanto, no podemos esperar que lo que pase el próximo mes sea definitivo. Lo que ha ocurrido, más la globalización, Internet, las manifestaciones de Seattle, el factor de la inmigración, la mezcla de poblaciones, etc. están conformando un universo diferente. Aunque quizás estemos hablando de diez años hacia adelante antes de que podamos darnos cuenta de lo que significa.

P: Pero algo nuevo ocurrirá.
R: Sin duda, está pasando. La globalización se ha hecho real de golpe.

P: ¿Y el segundo elemento que no podemos perder de vista para entender las posibles represalias?
R: Es que la tecnología, en este atentado, ha sido secundaria. Tecnológicamente, el ataque ha sido brillante, pero lo importante es todo lo que tecnológicamente es antiguo. Primero: hay que tener la audacia de pensarlo. Sí que hace falta tecnología para reunir todos los datos que tenían, como el lugar exacto donde debía impactar el avión para derrumbar la torre. Pero el ataque en sí es muy primitivo. Han matado con armas blancas porque son las que provocan mayor terror: una navaja al cuello da más miedo que una pistola en la cabeza. Ver cómo degüellan a una persona es más terrible que un impacto de bala.

P: Este acontecimiento ha sido, en primer lugar, seguido por televisión y después por el resto de medios de comunicación, incluida la Red. ¿Qué valoración le merece el papel que jugó Internet durante las primeras horas del atentado?
R: Evidentemente estaba todo preparado para que lo recogieran todas las televisiones del mundo. Había un control absoluto de lo que es la comunicación occidental. El segundo avión impacta 18 minutos más tarde para que diera tiempo a situarse en el lugar de los hechos. Ha sido alguien que sabe utilizar las herramientas de la globalización. Cuando EE.UU invade Somalia, va con cámaras para mostrar su poder. Pues ahora, quién haya sido, ha hecho exactamente lo mismo. El hecho de que pudieras ver en directo que un avión chocaba contra las Torres del World Trade Centre, que es su poder financiero; otro que se va hacia el Pentágono, que es su poder militar; y otro, que se dirige a la Casa Blanca-que es el que falla- que es su poder político, es de una capacidad de juego simbólico impresionante. Donde yo veo una gran diferencia entre la televisión e Internet es que la primera es un medio extraordinario para enseñar lo que está pasando, pero totalmente inútil para explicártelo. Sin embargo, Internet tiene esta doble capacidad.

P: Los medios impresos de todo el mundo nos han ofrecido, hasta ahora, centenares de páginas relatando el suceso con fotos, gráficos, textos. ¿Pero podemos estar seguros de que han mostrado todas las caras del conflicto?
R: Tendríamos que distinguir: lo que se ha visto desde la web del Washington Post o el New York Times ha estado a la altura de las circunstancias. Pero el resto... se han dejado arrastrar por el sensacionalismo, por la copia vacía de los estadounidenses. Se han visto cosas tremendas: uno de los titulares más frecuentes fue ¡América bajo ataque!. Esta frase no es correcta ni lingüísticamente. Han informado unívocamente desde el punto de vista de los Estados Unidos. Y no digo ya que no hayan informado desde el punto de vista de Oriente Medio o del mundo musulmán. ¡Es que ni siquiera lo han hecho desde el nuestro! ¿O es que nosotros sólo somos EE.UU? Aquí se ha visto una mediocridad tremenda.

P: Internet ha sido un verdadero canal de comunicación para poner en contacto a mucha gente.
R: Ha demostrado sobradamente que tecnológicamente es superior a la telefonía. Pero además hay otro dato: venimos de una mentalidad en la que diferenciamos los medios en privados y públicos: el telegrama es privado; la televisión es un medio público de la que algunas veces se hace un uso privado; la radio empezó siendo privada (pensemos en los radioaficionados) para convertirse en pública... siempre un medio ha sido público o privado. Internet es las dos cosas: en este caso ha servido para dar mucha información a la gente, pero también para establecer comunicaciones privadas y localizar personas. En este sentido, la fuerza de Internet es insuperable. Y también creo que ha aparecido la Internet extraordinaria.

P: ¿Cómo es?
R: Hubo una persona (ahora no sé decir su nombre) que dos horas después del primer ataque creó una página muy sencilla que decía: "Si eres una persona que ha sido afectada por el atentado, pon tu nombre y un mensaje". Esta página se convirtió en cuestión de horas en el tablón de anuncios más difundido. Inmediatamente después, aparecieron mirrors por toda Europa. ¡La CNN ha tardado tres días en crear algo parecido! Esta es la gracia de Internet.

P: El temor general se lee en cientos de mensajes apocalípticos anunciando que este acontecimiento global afectará a la Red, que el cerco del control de las comunicaciones se estrechará y se perderán los privilegios democráticos conseguidos hasta ahora. ¿Qué opina?
R: No, yo creo que no ocurrirá nada de esto. No me imagino ningún tipo de cambio, ni políticamente se ve ningún cambio. Como decía antes, la explicación de lo que ha ocurrido vendrá de aquí a unos años, pero estoy convencido de que el puzzle lo montaremos a través de la Red.

El discurso del tiempo

P: Hace poco más de un año estábamos en la Sociedad de la Información (SI) y ahora ya estamos en la Sociedad del Conocimiento (SC). ¿Hay algún cambio real entre una y otra? Porque yo creo que me lo he perdido.
R: Creo que es un slogan. A mí me gusta más pensar en la SC, pero creo que se ajusta más a la realidad hablar de SI. Porque conocimiento implica sabiduría, y no estoy seguro de que esté siendo así. Por ejemplo, estos días estamos viendo cómo las grandes compañías tecnológicas anuncian despidos masivos. En cambio, no tenemos ni la más remota idea dónde están estos centenares de miles de personas sin trabajo. Digo yo que si fuera cierto, se notaría. Un amigo experto en bolsa me dio la clave: no los despiden. Envían una nota de prensa diciendo esto porque así suben las acciones. Esto es la Sociedad de la Información, porque conocimiento no hay ninguno.

P: El socioecólogo Ramon Folch advierte alarmado de que el conocimiento se concentra cada vez más en menos manos.
R: Estoy de acuerdo. Hay otro aspecto a tener en cuenta: la velocidad. El problema no es que haya información sino que ésta está en el tiempo. La información no te vale por ella sola; te vale si te llega en el momento que te vale. Y la procesas, le das un sentido, etc. ¿Qué pasa? Que vivimos en un mundo tan acelerado que es imposible asimilar lo que está pasando. El atentado ocurrió cuando faltaban pocos minutos para las tres de la tarde del martes 11 de septiembre. A las tres y diez ya estaba recibiendo llamadas de emisoras de radio, esperando una valoración mía sobre el ataque. ¿Qué voy a opinar? Si no he tenido tiempo de procesar. Se quiere respuestas inmediatas. Este es el gran problema. Pero estamos en una sociedad donde tenemos más acceso a la información que nunca, tenemos más capacidad de procesar que nunca -los ordenadores nos ayudan mucho-, pero no tenemos el tercer elemento necesario, que es el tiempo. Aquí es donde se quiebra la ecuación.

P: Personalmente, ¿toma alguna medida preventiva para no caer en esta espiral del tiempo?.
R: La verdad es que mientras más tiempo pasa, más prudente me vuelvo. Y esto puede ser una alarma, pero cada vez le doy más valor al pensamiento propio. Intento no dejarme llevar por el pensamiento único. He llegado a un punto en que me gusta explorar más a la gente que no piensa como yo, o piensa contra mí, pero tiene un pensamiento propio.

P: Ligado a lo que decía sobre este tiempo acelerado que vivimos, ¿de qué forma cree que nos llegará la información en la próxima década?
R: Nos llegará por todos lados. Ya está ocurriendo. Pero... también pienso que habrá una separación en función de la calidad. Desde hace tiempo digo que los medios electrónicos serviremos información en tiempo real, 24 horas al día; y que los de papel servirán de reflexión. Los diarios de ahora no sirven para nada. Están perdiendo tirada. Los fines de semana es cuando más se compran. ¿Por qué? porque disponemos de tiempo para leer. Hemos hablado del tiempo. Esta es la primera parte de la ecuación.

P: ¿Y la segunda?
R: La segunda es el diario explicativo. Ahora más que nunca necesitamos gente que nos de claves para entender lo que está pasando. Y la gente pagaría mucho dinero por eso. A mí no me importaría pagar 1.000 pesetas por un diario cada día que tuviera cuatro hojas y que me explicara lo que yo necesito entender. Y estoy seguro de que iremos cada vez más hacia allí.

P: Pero esta reflexión que reclama ya existe en Internet.
R: Sí, sin duda. Lo tenemos pero hay que buscarlo. Internet es todavía algo salvaje. Necesitamos que se sedimente algo más y se encuentren fácilmente estos lugares de explicación.

P: Antes hablaba de la calidad de la información. Hace ya más de un año que ronda el debate sobre el precio de la información en Internet. La conclusión más clara hasta ahora es que se acabará pagando por los contenidos. ¿Por cualquier tipo de contenido?
R: Se pagará, pero no tengo ni idea por qué. Hace tiempo que la gente se da cuenta que recibe material de muy buena calidad y no paga ni una peseta. en.red.ando mismo: tiene unos contenidos interesantísimos, pero si yo pago un poco, aquel paga un poco, el otro paga un poco...y esto repercute en una calidad para todos, además de la que ya me está dando, ¿por qué no lo voy a hacer? Si ahora de repente dijera que Vilaweb es de pago, de estas 30.000 visitas diarias que tenemos, ¿cuántos se quedarían? Quizás sólo 3.000, pero de lo que estoy seguro es que serían suficientes para mantener "el negocio" y que esto repercutiera en calidad.

P: ¿Qué falta?
R: Ni idea. Intuyo el cambio, pero... es muy complicado. Ocurrirá.

P: Lo que parece claro es que pagaremos por un valor añadido, por algo que no encontremos en medios de papel o que no veremos en televisión o escucharemos en radio.
R: Ahí entramos en lo que se conoce como modelo de negocio. Los diarios se tiraron a la piscina haciendo lo más fácil que era copiar su modelo de papel en la web, pero no se aguanta por ningún lado. No tiene sentido lo que están haciendo. Y cuando empiezan a perder lectores de papel gracias a sus lectores de la web (que no da ingresos), se sienten totalmente atrapados. Pero ahora ya no se pueden retirar. Si no están en Internet es una amenaza contra ellos. A la vez, no quieren hacer lo que sería normal: dos publicaciones, papel y el 24 horas en la Red. Pero para eso han de invertir.

P: ¿Con plantillas de personal diferentes?
R: O no. Yo soy partidario de una sola plantilla que combine el trabajo de ambas publicaciones.

P: ¿Se puede hablar, por el momento de cambios en el que estamos, de una nueva ética periodística? La información ya no sólo corre por los medios de comunicación, sino también entre redes de personas que son a la vez productores y receptores.
R: Hablar de una nueva ética periodística implica que hubo antes otra. Pero esto no es cierto. Hubo una vieja ética periodística hace mucho tiempo, pero se abandonó. Los medios en el Estado español se han convertido en el apéndice del poder político y no han sabido actuar como deben. El gran reto del periodismo en la Red es que todo el mundo pasa a ser periodista. Cuando los hechos de Génova, Indymedia se convirtió en el gran centro de información. ¿Que aquellos que informaban no eran periodistas? Cierto, no lo eran. ¿Que por en medio había mucha ideología? Cierto. Pero te enterabas de muchas más cosas de lo que te explicaba cualquier otro medio. Porque ellos eran los protagonistas.

P: Quizás debiéramos quitar lo de "periodística" y plantear la pregunta de si necesitamos de una nueva ética para la Sociedad de la Información.
R: Eso sí.

P: ¿Cómo sería?
R: Yo siempre digo que nadie puede ser imparcial. Es una pretensión estúpida. Lo que hemos de ser es honrados, y la barrera de la honradez está en no esconder información. Te explico un caso: yo estaba en Pekín cubriendo la visita de Gorvachov, después de Tiannamen. Yo trabajaba en Europa del Este y sabía muy poco de China. Y un día nos dijeron que había una manifestación delante de la Presidencia del Gobierno. Fuimos y vimos a unos estudiantes chillando y unos policías delante de éstos, sentados en el suelo. Trabajábamos con una intérprete vasca que nos traducía del chino al español, pero aquel día no estaba. A mí me tocaba hacer una crónica para Televisión Española (TVE), y dije que el gobierno chino seguramente intentaba ser conciliador (después de los primeros ataques que se habían producido) porque dejaba manifestarse y no los mataba. Cuando la traductora vio la crónica al día siguiente se tiró las manos a la cabeza porque me contó que la policía estaba sentada en la posición de la Flor de Loto, y que ésta era la mayor ofensa que se le podía hacer a un chino. Yo informé mal, pero no oculté la realidad. En cambio, si escondo información, indiscutiblemente estoy violando la realidad.

P: Sobre lo que explica, se me ocurre pensar que en Internet es imposible esconder información. En algún momento, alguien habla y alguien encuentra lo que se ha dicho.
R: Es cierto. Es una de sus grandes ventajas.

P: Ahora... y entramos de nuevo en la discusión de siempre: ¿de qué manera comprobar la veracidad de lo que encontramos en la Red?
R: Volvemos al discurso del tiempo. La veracidad de la información se confirma muy fácilmente. Supón que entras en la web personal de alguien de Nueva York. Y te explica: "Acaba de colisionar un avión contra una de las Torres Gemelas del World Trade Center". Vas a la CNN y no encuentras la noticia (porque no ha tenido tiempo de prepararlo). En cambio, después de 10 minutos la CNN lo dice y piensas que el primero estaba en lo cierto. Y te lo crees. Lo que te da la credibilidad es el tiempo. El problema es cuando todo ha de ser inmediato. Por eso yo reclamo la prudencia.

"El GPD es un símbolo"

P: Los periodistas Luis Angel Fernández Hermana, Lluis Reales, Toni Esteve y usted fundaron, en 1996, el Grup de Periodistes Digitals (GPD). Aquello fue el inicio de un debate en la profesión por definir las diferencias entre la manera tradicional de informar y la nueva que surgía a partir de la Red. ¿Tiene sentido todavía hablar de periodismo digital?
R: Tiene sentido porque el periodismo tradicional todavía no ha hecho el cambio al digital. Creo que se tiene que marcar la diferencia. Pero, a la larga, la etiqueta ya no se pondrá. Hoy nadie dice hago periodismo televisivo, y antes se decía.

P: ¿Qué ejemplos incluiría dentro de esta nueva etiqueta? ¿Incluiría a Indymedia, foros de debate especializados por temáticas, y otros medios de este estilo creados por los propios lectores?
R: Exacto. Yo dije hace tiempo que el periodista digital era el guardia urbano de la información. Y Luis Angel me la "chafó" (muy acertadamente) y me dijo que el periodista es el cartógrafo de la información. El periodista tradicional describe lo que está pasando, el digital indica dónde está pasando. Esta es la clave.

P: ¿Cómo ve la preparación que se da en las facultades de periodismo para que cada vez haya más "cartógrafos de la información"?
R: A mí lo que me preocupa de las facultades es el practicismo que se está aplicando. En los másters y postgrados que se están haciendo el alumno viene con una serie de preguntas concretas, que requieren respuestas concretas que nadie tiene. Claro, las universidades también son un gran negocio. Los doctorados son muy necesarios pero me alarma la idea de que sólo se de respuestas de esta manera.

P: El paso por la facultad es insuficiente para el mercado laboral. Casi por obligación se requieren estudios especializados que, supuestamente, han de desembocar en un puesto de trabajo. Los alumnos exigen porque pagan muy caro.
R: El problema es que la facultad se ha convertido en un instituto y su paso por ella no da respuestas.

P: ¿Qué es el GPD para usted hoy?
R: Yo siempre he visto el GPD como un símbolo. Lo importante es que sigue existiendo un núcleo de gente, que tenemos un criterio propio sobre cómo debemos informar en la Red, que además somos amigos, nos relacionamos, discutimos por aspectos que no coincidimos, pero nos tenemos un enorme respeto. Que después esto sea GPD o se llame de otra forma, no tiene mayor importancia. Lo que me preocupa bastante es saber identificar los nuevos GPD que han de salir. Nosotros hemos de empezar a dejar paso.

P: Hace tiempo que ya están entrando voces nuevas...
R: Sí, pero todavía más. Hemos de estar, pero que apenas se nos oiga. Una de las cosas que me ha cambiado la Red es que me fuerza a hablar menos y a escuchar más. E intentar entender que esta gente nueva son la actualización de lo que en 1996 nosotros creamos.

P: Usted compartía el programa L'Internauta, en Catalunya Ràdio, con uno de los primeros periodistas digitales de este país, el recientemente fallecido Jordi Vendrell. ¿Qué aprendió a su lado?
R: A escuchar. Para mí ha sido una de las personas que he conocido más capacitadas para escuchar y respetar a los otros. Personalmente, ha sido un golpe muy fuerte, muy fuerte su pérdida. Me he pasado seis años de mi vida, cada miércoles, grabando con él en la radio... Siempre esperaba algo más, la cuestión era no conformarse. Es uno de los que más ha hecho por popularizar Internet. Se merece todo un reconocimiento.

Horas para entender

P: En 1994, creó el primer sistema de información digital, el Temps Online, que residía en el servidor de Servicom (el primer proveedor de Internet en España). Un año más tarde, está haciendo de periodista/empresario/conferenciante. Desde entonces hasta hoy, ¿qué ha pasado en Internet y en Vilaweb?
R: Yo creo que el tiempo me ha afinado. Por otro lado, ha habido un crecimiento cualitativo. El día del atentado a EE.UU hubo un registro de 30.000 visitas en Vilaweb. Y todavía me acuerdo cuando empezamos que tuvimos 7 entradas en la primera semana. Este crecimiento es muy importante. Ha servido para definir el tipo de periodismo que queremos hacer. Y para desarrollar el concepto empresarial. Assumpció [su mujer] y yo éramos muy hippies y nos instalamos en casa pero llegó el momento de crecer, poco a poco, y tuvimos que hacer de empresarios.

P: En toda la historia de Vilaweb, Assumpció Maresma ¿es la pieza clave?
R: Por supuesto. La pieza central siempre ha sido ella. Es la persona que hace que un sueño se convierta en realidad. Tenemos la suerte de que entre los dos reunimos lo que es Vilaweb: una parte periodística y una empresarial. Yo tengo mucha capacidad para crear o intuir, pero tengo menos criterio. Tengo mucha superficie, pero poco fondo. Ella es una persona que tiene mucho más criterio que yo y más fondo. Yo hubiera tomado ciertas decisiones de empresa, que ella me la has tirado para atrás, y con el tiempo he comprobado que me hubiera equivocado. Nos hemos peleado como locos, también (risas).

[Assumpció también está en casa con Meritxell y Julia, las hijas de la pareja. Al escuchar su nombre se asoma y le pido que se incorpore a la conversación].

P: ¿Cuáles son los peores momentos que han pasado en Vilaweb?
R: (Vicent) El peor fue cuando todo se compraba y vendía, y los amigos te decían que eras un imbécil por no vender, y tú sabías que en ese juego no podías entrar. Otro momento duro es ahora, cuando los banners no funcionan y parece que Internet no funciona. Pero lo peor ya ha pasado.
R: (Assumpció) Creo que los siguientes dos o tres años todavía van a ser duros. Porque a la opinión pública se le ha cambiado toda la percepción que tenía de Internet. Los que trabajamos sabemos perfectamente donde estamos, pero el entorno oscila y has de procurar que esta oscilación no te afecte. Y es un reto muy importante para todas las empresas. Superar esto, sabiendo quién eres, cuesta. Porque no has de perder nunca de vista quién eres y lo que quieres hacer... Encuentro que es un momento muy interesante.

P: Vilaweb ha sido, sobre todo, un nuevo medio de comunicación. Pero de ser una, se clonó repetidamente hasta convertirse en una extensa red de sistemas de información local. ¿Cómo se ha vivido esto?
R: [Vicent hasta el final de la entrevista] Lo primero que hemos hecho ha sido consolidar Vilaweb, a partir de la idea esta de la información local, que es la fundamental para nosotros. Pero también hemos entrado en el tema de la movilidad: fuimos de los primeros en informar con tecnología Wap y a través de los PDA. Y después nos hemos movido en dos canales mediáticos tradicionales: la televisión y la prensa. En televisión es todo muy precario. Estamos adquiriendo el conocimiento necesario, sobre todo con la perspectiva de que con la llegada de la banda ancha, el video formará parte de Internet. Queremos investigar si se puede hacer un modelo de televisión diferente, igual que hemos demostrado que en Internet se hace un periodismo diferente. En prensa, nos hemos unido con ocho diarios independientes catalanes (Diari d'Andorra, Segre, 3 de vuit, Regió 7, 9Nou, El Punt, Diari de Girona, L'Hora del Garraf, y Diari de Balears), y con beneficios en todos los casos, para crear la empresa Comit. Aquí nos hemos pasado al papel. Una de las primeras acciones ha sido distribuir un dominical conjunto, donde la parte de tecnología la escribe Vilaweb. Y un tercer proyecto, que no tiene nada que ver con lo dicho, es que en noviembre lanzaremos una colección de libros, editados por Vilaweb, de tema tecnológico.

P: ¿Cómo ve los próximos años de Vilaweb?
R: Ahora lo difícil es la consolidación. Pero para mí los retos principales ya están logrados: definir un modelo de periodismo diferente, ganar credibilidad y respeto y consolidar empresarialmente el proyecto para mantener nuestra independencia. Trabajamos así porque nos lo pasamos bien, pero también porque creemos en que hay algo más que el dinero.

P: ¿Hasta dónde quiere llegar? ¿Cuál es su sueño para los próximos años?
R: Me gustaría ser capaz de llegar a una transición de manera que la Assumpció y yo pudiéramos dedicarnos a trabajar lo mínimo indispensable para vivir bien, que Vilaweb fuera por su camino sin nosotros, y que nos pudiéramos dedicar a estudiar y a seguir aprendiendo, que queda mucho por aprender todavía. Me fijo un máximo de cinco años para que esto ocurra.

P: ¿Y retirarse a un paraíso perdido?
R: [risas] No, retirarse no. El mundo es cada vez más complejo pero también necesita de más horas para entenderlo. Si me preguntan—reducido a lo absurdo— qué es la vida: para mí es un proceso para entender qué soy, qué hago y por qué estoy aquí. Y eso necesita muchas horas. ¡Muchas!

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Vicent Partal (Bétera, 1960) es periodista especializado en política internacional. Ha trabajado en diversos países y medios de comunicación como TVE, Diari de Barcelona, Catalunya Ràdio, La Vanguardia, El Punt o El Temps, de cuya redacción inicial formó parte. Ha escrito tres libros, dos de ellos sobre la antigua Unión Soviética. En 1994 creó El Temps Online, el primer sistema telemático de información que existió en España, y un año más tarde fundó la empresa Partal, Maresma y Vilaweb. Desde 1995, dirige VilaWeb, el principal diario electrónico en catalán.

Es miembro del consejo asesor del European Journalism Centre y director del postgrado de Periodismo Digital de la Universitat Ramon Llull. También forma parte del equipo Rector de la Universitat Catalana d'Estiu. Ha sido galardonado con el Premi Ciutat de Barcelona 1999 de medios de comunicación.
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* en.red.ando fue una publicación electrónica pionera en Internet. El periodista científico Luis Angel Fernández Hermana la creó en 1996 y estuvo en activo hasta el verano del año 2004.
Durante los 8 años de vida, en.red.ando acumuló más de un millar de artículos de un centenar de colaboradores repartidos por todo el mundo, en especial de Latinoamérica. Por desgracia, ya no se encuentra en la Red.