"Todos necesitamos encontrarnos cara a cara"



Esta entrevista fue realizada hace 7 años. De nuevo la repaso y mucho de lo que entonces charlamos esta investigadora argentina y yo puede quedar desfasado. Pero situándolo en contexto, en aquel entonces, ella ya decía mucho de lo que después ha ocurrido. Es interesante hacer este ejercicio de memoria.
¡Que la disfruten!

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Por
Karma Peiró

Fecha de publicación: 22/09/98

Entrevista a:
Susana Finquelievitch

"Todos necesitamos encontrarnos cara a cara"

Susana Finquelievitch, es una persona mutante: ha pasado de la arquitectura a la sociología, del periodismo a la literatura, de vivir en Buenos Aires a vivir en París y Barcelona, y viceversa. De algún modo se las ha arreglado para amalgamar estas facetas, y hoy es investigadora en el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET).

Allí trabaja en temas de informática, comunicación y sociedad. Ha publicado varios libros de distinta laya. Entre los académicos, podemos citar: "Nuevas tecnologías en la ciudad. Información y comunicación en la cotidianeidad", "¿Ciberciudades? Informática y gestión urbana" y "La ciudad y sus TICS", escrito con Ester Schiavo.

Pero también cultiva otras facetas. Ha publicado obras periodísticas y amargamente humorísticas: "Cómo convivir con los hijos de su pareja (y no divorciarse en el intento)", "Amor y sexo en la Argentina. La vida erótica en los 90", con Viviana Gorbato, y más recientemente "Guía para la mujer divorciada".

Algunos de sus textos, "Entre la cápsula y el planeta: La transformación de los espacios en la era de la Telemática" y "Teletrabajo: Previsiones, fantasias y realidades", se pueden encontrar publicados en En.red.ando y son un buen complemento a esta entrevista.


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En EE.UU, hay 9 millones de teletrabajadores y para el 2000, la firma de investigación americana Find/SPV, asegura que alcanzarán la cifra de los 11 millones. En Europa, como suele ocurrir, andamos con cierto retraso todavía. España tan sólo llega a reunir, en estos momentos, a un 1%, si descontamos a los trabajadores autónomos.

Los estudios que la Comisión Europea está realizando indican, no obstante, que el teletrabajo será el nuevo modelo de producción en el que nos manejaremos todos en la Sociedad de la Información. Esto implicará sin duda, una reestructuración de los hogares y de las ciudades, adaptándose a las necesidades del nuevo mercado laboral. Reestructuración que llevará a relaciones profesionales, sociales y personales diferentes; y a la creación de suburbios o barrios, alejados de las ciudades, donde se concentre gente que comparta situaciones similares, que convivirán en edificios inteligentes equipados con todo tipo de tecnologías para la comunicación.

El punto central de esta entrevista con la investigadora Susana Finquelievich versa sobre todos estos temas, además de especulaciones varias para saber qué tecnología superior encandilará al ser humano después de Internet .

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Replanteando el trabajo

Usted ha comentado en más de una ocasión que el teletrabajo representa un regreso al pasado conducido por las tecnologías de un futuro que ya llegó. Cuénteme esto.
En realidad, esto ha pasado antes de la Revolución Industrial. En épocas pasadas, antes de que el trabajo se realizara fuera de la casa de forma organizada, se hacía en casa de manera artesanal. Se juntaba la vivienda y el lugar del trabajo y allí llegaban todos los insumos que él trabajador necesitara para hacer su tarea: la paja, el hierro, el bronce, o cuantos materiales requiriese. En este sentido era una vida muy unificada. Después vino la Revolución Industrial, pero todavía se conservaron estas unidades productivas en áreas rurales hasta hace muy poco tiempo. Con la revolución y la replanificación urbana, se separaron el área de trabajo, el de la vivienda y el de la recreación. Ahora ya no trabajabas en casa sino en la fábrica, donde había unas herramientas que no te pertenecían, y el resultado del trabajo tampoco. Cada uno ejecutaba una etapa muy pequeñita del proceso total del trabajo. Con el teletrabajo el hogar vuelve a ser, no solamente el área de reproducción del trabajo, sino también el de consumo y gestión. O sea que desde casa y con la ayuda de tu computadora puedes ejecutar el trabajo, mandarlo fuera, realizar operaciones bancarias o hacer una consulta de salud. Además puedes consumir, si encargas un libro, por ejemplo, a Amazon.com. Creo que la cuestión de la telecompra está mucho menos desarrollada que la producción, por ahora, porque acto-compra implica un placer personal que es más difícil de ejecutar computadora mediante.


¿Quiere decir que otro de los motivos por el que el comercio electrónico no acaba de arrancar es porque desplazarse hasta un lugar físico, ver el producto, tocarlo, probarlo u ojearlo es un hecho placentero?
Exacto. Depende lo que compres: si ordenas tres resmas de papel o cosas por el estilo, lo puedes hacer por ordenador. Pero si tienes que comprarte un vestido, o probar un queso, o comprarte un libro interviene un placer de los sentidos que no se puede conseguir de la otra manera. Pero también interviene el riesgo de que a través de tu tarjeta de ordenador cualquier hacker se meta en tu cuenta bancaria.


Retomando la pregunta inicial sobre el pasado y el futuro...
Sí, el teletrabajo representa en cierta forma un regreso al pasado en cuanto que el hogar físico se transforma en un centro de actividades que antes estaban desperdigadas por la ciudad. Sólo que si antes te llegaban los insumos en carretas y demás, ahora te llegan por la "Supercarretera Electrónica", y éstos se han transformado en conocimiento e información que tú procesas y reenvías como un producto terminado. Un ejemplo muy clarito de esto lo vimos en el I Congreso Internacional de la Publicación Electrónica, que se celebró aquí en Barcelona: participábamos en talleres electrónicos desde la casa, donde se recibía y se procesaba la información y se la reenviaba como producto terminado.

¿Cómo trabaja un teletrabajador?
Mi hábito matutino es despertarme, hacerme mi taza de café a las 7 de la mañana e irme hasta el ordenador. Recojo el correo electrónico, veo lo que tengo que contestar y ahí empieza el trabajo del día, hasta que decido hacer un alto para arreglarme y realizar otras tareas exteriores. Pero es un trabajo que haces en tu casa en pantunflas. Y recorres dos metros hasta tu lugar de trabajo.

De alguna manera, su visión del nuevo método de producción puede coincidir con la teoría que el filósofo Javier Echevarría expone en su libro "Telépolis", la ciudad global. En ella, a diferencia de las ciudades actuales donde las casas son lugares para el descanso y el ocio, el trabajo se hará en casa y los momentos de distensión se vivirán en la calle.
Sí, yo creo que vamos hacia ese modelo. Puede ser una prospectiva un poco loca, ¿no? Yo creo que esto va a dar lugar a distintos tipos de casa, porque uno necesita establecer un límite entre tu espacio tiempo de trabajo y tu espacio tiempo privado. Porque si no qué pasa: el teletrabajador tiende fácilmente a convertirse en un "trabahólico", un adicto al trabajo. El perfil del teletrabajador es que no distingue el espacio tiempo privado del espacio tiempo laboral. Y esto es una cosa que ya está sucediendo. Lo que creo, viniendo del mundo de la arquitectura, es que esto va a dar pie a una nuevas conformaciones físicas de las casas, donde puede haber un espacio laboral que sólo lo abro en el tiempo que me dedico al trabajo y el resto de la casa sigue siendo para la vida privada, los afectos y el placer. Pero también es cierto que la recreación se da mucho en la calle y eso lo puedes ver ya. Todos los que teletrabajamos también tendemos a ser "salidores compulsivos". Cuando te pasas el día en casa trabajando, si no sales a la noche, lo pasas fatal. Y en ese caso es cierto lo que dice Echevarría que el descanso está en la calle.

El Síndrome del Pozo

Cada vez más vemos, también, como urbanísticamente los espacios en las casas están siendo modificados para hacer frente a la oferta tecnológica que se puede concentrar en el hogar. Es lo que usted llama "el tirón tecnológico". ¿De qué manera el teletrabajo está influyendo en esta reestructuración de las viviendas?
Volviendo a la cosa urbana, y esto ya no es prospectiva, sino que está pasando en EE.UU, mucha gente está vendiendo casas con un espacio especial, como un escritorio, como en las casas antiguas que tenían el escritorio que luego desapareció porque se trabajaba en las fábricas. Y ahora vuelve como la zona de trabajo dentro de las casas. O fíjate lo que está pasando en Montevideo. Allí están vendiendo edificios para la generación X, de treinta y algo de años para arriba, que lo que necesita no es mucha superficie porque no se lo pueden pagar, pero sí edificios inteligentes donde tienes todas las conexiones posibles y puedes teletrabajar en tu apartamento. Otro ejemplo son aquellas urbanizaciones de EE.UU que contemplan equipamientos sociales donde el teletrabajador pueda terminar sus reuniones, o relacionarse con otros para evitar el aislamiento.

O sea, a través de un cambio de esquema en la construcción se crean suburbios especialmente orientados hacia un tipo determinado de población, provocando la aparición de comunidades reales con gente que comparte el mismo modelo de trabajo.
Exacto. Y de estos equipamientos surgirían los telecentros, edificios creados en conjunción por municipalidades y empresas donde se concentra el equipamiento informático de cada barrio y donde el teletrabajador puede teletrabajar junto con otros colegas. O sea, accede al equipamiento informático --que no paga él mismo-- desde su hogar, y mantiene el contacto humano para evitar la neurosis de la soledad. Y esto me recuerda algo que sucedió hace muchos años en un pueblo de Argelia. Las mujeres cada día iban a buscar agua al pozo y charlaban entre ellas. Cuando se urbanizó y se puso agua corriente en las casas, se detectó un aumento extraordinario de las neurosis y las depresiones en las mujeres.

¿Porque ya no iban al pozo a charlar?
Claro, no tenían otro pretexto para salir de la casa. Entonces, creo que esto, que podríamos llamar el Síndrome del Pozo [risas], podría suceder también entre los teletrabajadores, a menos que se prevean lugares de encuentro en los barrios.

En España no somos ni un 1% de teletrabajadores, si descontamos los trabajadores por cuenta propia o autónomos. En Argentina, las cifras son parecidas. Pero, después de todos los programas de ayuda y estudios que está realizando la Comisión Europea, y su implantación más fuerte en EE.UU desde hace años ¿cómo cree que irá creciendo el teletrabajo?
Yo no creo que sea una fórmula aplicable a todos los países, porque se requiere un determinado desarrollo y el teletrabajo sólo va a implicar a un segmento del mercado laboral, porque no puede teletrabajar todo el mundo. Hay profesiones en que necesitas directamente el cara a cara. No puedes hacer una consulta médica única con la telemática, ni educar siempre por ordenador, hasta para ser periodista tienes que disponer de unos días al mes para contactar con tus colegas. Lo que sí creo que se va a dar es el teletrabajo parcial, tener en tu casa asistencia técnica algunos días a la semana y el resto acudir al lugar de trabajo no ya para realizar una tarea concreta sino para reunirte y comunicarte, intercambiar ideas, ....porque si no la productividad baja. Creo que el teletrabajo se implantará impulsado, más que por los trabajadores, por las empresas. Éstas necesitan efectuar economías de reducción de costos, tanto en oficinas como en otras infraestructuras.

Trampas del "Teleworking"

¿Está de acuerdo en que el hecho de disponer de una flexibilidad horaria puede ser una trampa para el teletrabajador? Por ejemplo, puede invertir las horas diurnas para resolver cuestiones externas sujetas a un horario laboral fijo (realizar trámites burocráticos) y ocupar las nocturnas para trabajar más concentrado.
Sí, si totalmente. Este es uno de los riesgos. Tienes que organizarte muy bien la jornada para no acabar haciendo muchas horas por la noche. De todas formas, creo que la gente que mejor se adapta al teletrabajo es la que vive en familia. Las solteros necesitan un ambiente de trabajo exterior animado, mientras que la persona que ya está instalada con un marco interior afectivo no necesita tanto del exterior.

Investigaciones realizadas en Estados Unidos y Canadá sustentan que el teletrabajo refuerza la idea de que la mujer en casa y además teletrabajando echa siempre más horas que su marido.
Los que están más satisfechos con el teletrabajo son los hombres. Sí porque para el hombre, "ay! que bien estoy en casa, y así puedo estar más rato con mi hijo, y juego con él y me ocupo de otras cuestiones de la familia". La mujer que teletrabaja se siente menos culpable porque está en la casa y sigue siendo un tiraneo cultural importante. Lo habitual es que siga teniendo más trabajo porque se ocupa absolutamente de toda la cuestión doméstica, porque está en la casa, además del teletrabajo.

¿Las "superwomen" seguirán existiendo por los siglos de los siglos?
Sí. En el artículo que escribí sobre el tema hay cifras que se pueden contrastar. En resumen, ¡las más jodidas seguimos siendo las mujeres siempre!. Para los hombres el teletrabajo es una cosa que le da la oportunidad de estar en la casa. Pero yo creo que así como nosotras nos criaron diciendo que "si papá está en el escritorio no le molesten", eso sigue valiendo para el hombre, pero no para la mujer.

Entonces.... el teletrabajo agudiza la situación discriminada de la mujer.
Exactamente, porque si estás en el trabajo, almuerzas con alguna amiga, o te vas a charlar con uno y otro. Y con el teletrabajo no. La única ventaja es que en lugar de pasarme una hora en coche de casa al trabajo, la invierto en el gimnasio, me voy a yoga, o a tomar un cafecito con alguien. Mi propia experiencia es que si estás en casa, estás para todo.

Michel Ickx, vicepresidente del programa europeo European Development Teleworking (ETD), distingue a los teletrabajadores en dos grupos: los nómadas y los sedentarios, además de los autónomos. ¿De qué manera los clasificaría usted?
Bien, además de aquel que trabaja para una empresa que ha decidido implantar el teletrabajo, yo creo que van a ser las microempresas las que más van a favorecer el desarrollo de este sector del mercado laboral. Porque si necesitan hacer un "outsorcing" han de tener una lista de trabajadores temporales, alguien que desde su casa no les suponga ni gasto de oficina ni de equipamiento. Muchas empresas se van a preocupar cada vez menos del equipamiento informático y el teletrabajador tendrá que estar bien cubierto con su equipo. Otro tipo de teletrabajador es el microempresario individual, aquella persona que desde su casa se organiza su microempresa, por ejemplo de marketing, o el que procesa información de tipo contable. Estos son un par de exponentes claros de teletrabajadores que envían su producción por correo electrónico o disquete. Y también va a influir mucho en el tema de los desplazamientos: si alguien quiera emigrar a otra ciudad pero no quiere perder su puesto de trabajo actual acabará teletrabajando.

Las TIC urbanas

En uno de sus textos comenta que el teletrabajo no afectará en la misma medida a las ciudades europeas que a las megalópolis latinoamericanas. ¿Puede explicar un poco más esta idea?
Yo creo que hay una relación más estrecha entre las ciudades europeas y las megalópolis latinoamericanas, que no entre estas últimas y las norteamericanas. Allí a las cinco de la tarde se cierra todo y la vida se traslada a los suburbios . En las europeas la vida se encuentra más en la urbe, de modo que no te vas a desplazar por el trabajo, pero sí para muchas otras cosas más. Lo que hay ahora en las ciudades latinoamericanas es una desconcentración urbana impulsada por las clases medias o altas, las cuales emigran a zonas alejadas de las ciudades porque buscan mejor medio ambiente, más seguridad y barrios cerrados. Son guetos donde vive gente de tu misma condición socioeconómica, con aproximadamente el mismo número de hijos, donde practicas deportes y haces otras cosas en común. Hacia allí se desplazan servicios urbanos, bancarios, de salud y de otro tipo. Se vuelven a recrear nuevas áreas y con las mismas comodidades. Ahí surge una especie de nido de teletrabajadores. Todos los recursos energéticos que no se reinviertan en los viajes urbanos se van a invertir en esos suburbios.

Acaba de publicar un libro titulado: "Las ciudades y sus TICs". ¿Qué transformaciones se van a producir en los hábitos de comportamiento y en la manera de pensar de los habitantes de estas ciudades que ya están dominadas por las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TICs)?
Bien, cómo va a cambiar todo es bastante imprevisible. Yo soy una lectora amante de la ciencia ficción y es muy interesante porque en cuanto empiezas a leer libros de este tipo te dicen que gracias a las comunicaciones y a la producción no primaria las ciudades van a desaparecer. Yo recuerdo un libro de Clifford Simak, de los años 60, donde había grandes redes de comunicaciones y además se hacía un cultivo donde no necesitabas grandes extensiones de tierra, con lo que el suelo rural se abarataba mucho. La gente, pues, se alejaba de las ciudades, instalaba sus casas alejadas las unas de las otras, y se comunicaba con algo muy parecido a Internet. Entonces, ¿qué pasaba? Las ciudades desaparecían y la gente estaba cada vez más aislada, no fomentaba la cultura, se formaban menos parejas, descendía la natalidad y la raza humana empezaba a desaparecer. ¿Quién tomaba el relevo? los perros, que mientras tanto habían aprendido a hablar, se habían vuelto cada vez más inteligente y, como veneraban a los humanos, habían llegado a formar una civilización. El libro terminaba contando que por la noche, reunidos alrededor de las hogueras, estos perros recordaban a sus dioses míticos a los que llamaban los Humanos.

¿Me quiere hacer creer que la raza humana tendrá un final similar?
(risas) No, no vamos a acabar así. La realidad de la ciudad no va a desaparecer por las comunicaciones, eso lo ha explicado muy bien Manuel Castells, quien en su trilogía "La Sociedad en Red" dice que las ciudades globales crecerán y adquirirán cada vez más importancia. La ciudad global aparece como un nudo nervioso de operaciones financieras a través del mundo. Fíjate que las "cities" financieras tienen cada vez más importancia y las empresas no las abandonan sino que abren sucursales de éstas. ¿Por qué? Primero, porque las operaciones más importantes se hacen cara a cara. Algunas rozan la no legalidad y no las haces por medio de sistemas telemáticos. Segundo, porque necesitas toda una infraestructura legal, económica, de servicios y de comunicaciones, que tiene que estar centralizada, además de toda esa infraestructura de salones de reuniones, de hoteles internacionales, de restaurantes, de centros de compra, la también ha de estar concentrada. Pero a nivel personal, la gente necesita encontrarse también cara a cara. Y eso ha pasado en el I Congreso de la Publicación Electrónica, en el que finalmente nos tuvimos que conocer en persona. Y era necesario.

Por tanto, no serían ciertos los temores tan aireados de que las TICs estimulen el aislamiento.
Claro que no, todo lo contrario, las TICs estimulan el encuentro. Las TICs son una forma de comunicación que amplían tu radio de acción y la intensidad de ésta. Puedes conocer más gente, y en lugares geográficos muy distanciados, pero es un complemento del encuentro cara a cara. La mayor parte de la gente que mantiene relaciones profesionales o personales en algún momento provoca un encuentro.

Sí, pero cuando se inicia una relación de cualquier tipo en Internet se asume, de entrada, que todo va a correr a través de ordenadores únicamente.
Yo no conozco a nadie que mantenga una relación virtual sin verse durante mucho tiempo, porque el contacto desaparece y se pierde. Pero también es curioso que, en una relación de pareja, si uno de los dos ha de desplazarse lejos y se comunican a través de correo electrónico, llegan entonces a un grado de comunicación superior a la que tenían. Porque lo que comentas ya no es la cotidianidad, ya no hablas del recibo de la luz, sino de lo que te pasó durante el día. Y entonces lo bordas, le pones otro vestido, lo adornas y lo explicas de otra forma.

La palabra escrita supera con el correo electrónico a la hablada, por ahora.
Lo que ocurre es que la palabra escrita es menos banal. Digamos que cuando uno escribe se siente más obligado a decir menos banalidades y a excarvar un poco más dentro de sí. Se transmite auténtica poesía. Es el comunicarte con algo más esencial, como si lo hicieras de caroso a caroso.

¿Cómo?
A ver, como si lo hicieras desde la capas más internas a las más externas de la cebolla.

Comunidades virtuales

¿Es usted de la opinión de que no existe una comunidad virtual si no existe antes una real?
Una comunidad es más que una sumatoria de personas. A mí no me gusta mucho lo de virtual o real. En el diccionario de la Real Academia Española "real" significa lo que tiene existencia real y "virtual" lo que no tiene existencia real. Y lo que llamamos comunidades virtuales tiene precisamente existencia real. Hablemos, pues, de comunidades electrónicas o digitales. Lo denominado "virtual" es muy real. ¿Qué es lo que hace que el número de personas X se transformen en una comunidad? Primero, tener un interés común y el establecimiento de relaciones durante un tiempo prolongado. Por tanto, si respondo directamenter a tu pregunta, la respuesta es NO. Tienen que existir personas reales, claro, pero éstas solo se convierten en comunidad digital cuando el medio electrónico los nuclea alrededor de un interés común durante un tiempo prolongado, y florecen relaciones personales y profesionales.

Sólo que en las comunidades digitales existen los "lurkers", gente que tan sólo lee pero no escribe, gente desconocida que no tiene ni cara para ser identificada. Póngame un ejemplo de "lurker" en la vida real.
Sí, eso es cierto, es la gran diferencia. El "lurker" de la vida real es el participante, digamos, en una asociación de vecinos, que paga su cuota y asiste a algunas reuniones (no todas) y que se queda callado, escuchando las discusiones, sin participar y además, absteniéndose a la hora de las votaciones... La diferencia con el ciberespacio es que en las reuniones F2F (cara a cara), los lurkers se notan, sus silencios pueden pesar, no pueden abstenerse de votar "in eternum", tarde o temprano son obligados, por algún tipo de presión, a participar o irse. En cambio, en las listas de distribución electrónica, no sabes si están ahí y pueden guardar silencio eternamente, ser "voyeurs" permanentes.

¿Qué poder pueden llegar a tener esta comunidades digitales? Usted ha escrito que las CMC (comunicaciones mediatizadas por computadoras) informan y desinforman: hacen circular información, deforman, bloquean, facilitan o desarman la organización comunitaria. Un ejemplo que expone es el caso del movimiento Zapatista en México.
Cualquier desinformación o información podría ampliarse hasta ondas no calculadas. Políticamente es un instrumento muy importante porque cualquiera recibe a la semana más de un correo-e para adherirse a la protesta por la muerte de aquel sacerdote, o enviar una carta al Ministerio del Interior, y si estás de acuerdo lo rellenas y lo mandas. Son medios de presión bastante importantes aunque todavía no están muy organizados. Lo que yo estoy estudiando, es ¿qué ocurre cuando esas comunidades electrónicas se organizan como agentes políticos en el medio urbano para hacer presión sobre la municipalidad y conseguir beneficios para el barrio, mejores viviendas...? Eso tiene un poder enorme para romper el monopolio de la información. Si tienes capacidad organizativa te da el poder de hacerlo. La herramienta, como de costumbre, no es nada, allí está y se utiliza.

Y con el monopolio de la información roto, y teniendo el pueblo el poder de controlar la información.....¿hasta dónde se puede llegar?
No olvides que con ningún tipo de medio de comunicación tenemos acceso a las decisiones realmente importantes de los gobiernos. Es cierto que hay más accesibilidad, pero las verdaderas negociaciones políticas y financieras, las que van alterar tu vida, no son de dominio público.

El hacker podría tener un papel relevante para conseguir llegar hasta el fondo de esta información que se encuentra encriptada y resguardada por decenas de miradas.
Sí, va a jugar un rol muy importante, pero insisto en que las verdaderas decisiones se toman cara a cara, justamente porque existe el peligro de las interferencias. Es mucho más probable que una persona vuele de aquí a Moscú para entrevistarse con alguien para una decisión transcendental para el país. En ese caso, no usará Internet.

Se me ocurre que teniendo ahora, prácticamente, a todo el mundo real metido en el ordenador, el periodista de investigación, ese que rastrea hasta dar con los datos que busca, violando en ocasiones algunas leyes, puede reconvertirse con Internet en un hacker al servicio de la libertad de información.
Yo creo que sí, que tarde o temprano el periodista digital se va a convertir en un hacker o va a tener a su disposición un grupo de hackers. Y lo mismo le ocurrirá, probablemente, al sociólogo de investigación.

Hablando de más rupturas o cambios en los patrones culturales, usted distingue entre la generación pre y post informática. Entre los padres y los hijos ya existe un abismo debido a una percepción del mundo diferente conseguido a través de las TICs. Ahora el hijo enseña al padre, si se deja enseñar, claro.
Exacto. Hay un cambio en las relaciones de poder, hay un momento en que el adulto ya no tiene más poder y es un pobre idiota. ¿Sabes con qué lo comparo yo? Argentina es un país de emigrantes. Había muchas familias que venían de fuera y los niños habíamos nacido allí. Mis padres eran rusos. Yo recuerdo haber corregido a mis padres y haberles explicado las costumbres del país, porque nosotros nos habíamos criado allí y ellos en Europa. Y eso también se da en informática, de golpe les enseñas a tus padres un lenguaje nuevo, el correo electrónico para los niños es una prolongación natural de su comunicación y los mayores es algo que todavía han de superar...etc. Luego está la disposición a aprenderlo y utilizarlo, o a empezar a decir que esto puede ser genocida y que genera desempleo, como escuché a una mujer con un alto cargo en un congreso al que asistí en Argentina.

Las voces fatalistas nunca escasean ante una nueva tecnología.
Por supuesto, existen los imbéciles de siempre que dicen que la tecnología nos aísla, nos frivoliza, la tecnología informática ha sido creada por los militares y tienen el control.... Entonces pienso que ese criterio debería ser extensivo a todas las autopistas y carreteras de Europa, las cuales fueron creadas por el imperio romano, que no venía especialmente con fines pacíficos sino con fines imperialistas. Y ahora nos dicen que no usemos la autopistas de la información porque fueron creadas por los americanos y encima con fines militares, pero... bueno ¡ya está bien!, ¿no?. Me imagino a los primeros homínidos, cuando alguien dijo: "yo tomo un sílex, y empiezo a tallarlo y empiezo a usarlo", y otro le debió decir enseguida: "ah! no, pero tú estás haciendo un arma homicida". Entonces debió existir un grupo que utilizó el sílex como herramienta de caza y otro que no lo usó. ¿Dónde están hoy los descendientes de uno y otro? Yo creo que los jóvenes, como a esos emigrantes en una nueva tierra, nos están enseñando un nuevo lenguaje. Y ahora depende de nuestra disposición a aprenderlo y a utilizarlo.

¿Cree que Internet puede influir en potenciar de nuevo la imaginación?
No creo que la imaginación se haya agotado en el mundo cara a cara. La red es sólo otra herramienta. Pensaba ahora mismo en el teléfono. Hubo una época en Argentina en que se pusieron de moda los números 0600, que para las mujeres era gratis. A través de ese número podías charlar con un grupo de personas y después concertabas un encuentro con alguna para pasar a la línea privada. Esto ocurre ahora con Internet. Cada tecnología te crea posibilidades nuevas. La radio, igual. Hay un programa de rock en Buenos Aires donde la gente joven se deja mensajes y, como en las comunidades digitales, también hay un animador. La lista de Altercom en Internet si no fuera por Javier Villate no sería lo mismo. Cada técnica tiene lo suyo. Lo que ahora nos tenemos que preguntar es: ¿Y después de Internet qué? ¿Qué instancia superadora puede haber después de Internet?

¿Qué?
¡No lo sé!

Que nos convirtamos en otra especie de seres, se extingan los humanos y que éstos controlen y se comuniquen a través de una tecnología superior a Internet..
Bueno, siempre va a haber una tecnología superadora cualitativamente. ¿La veremos de aquí a cinco años? Esta es una pregunta que no puedo contestar ahora, si pudiera.... me iría a la NASA. Lo interesante sería hacer prospectivas post Internet. ¡Imaginar! ¿Qué viene después?

(Enredando.com, S.L. Todos los derechos reservados)

1 Comments:

At 8:49 p. m., Anonymous Anònim said...

KARMA PEIRÓ: me han salido unas veinticinco mil canas nuevas desde tu último correo, y hasta tengo un blog personal para despuntar el vicio de escribir y aquí te lo dejo (con muchísimo pudor, precarísimas herramientas tecnológicas y adversidades de todo tipo) Pero vale a la hora de comenzar, y este año me he prometido hacer algo con más "cara al mundo" y ojalá tópicos interesantes.

Espero te llegaran nuestras felicitaciones por ese muy merecido premio, que espero disfrutes con todo el corazón.

Espero tu permiso para linkearte desde "Mi Cueva" y también tus líneas contándome algo de Vos.

Muchos Cariños.

SUSANA PEIRÓ.

 

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