"La inteligencia de las mujeres, como la de África, tiene que estar en Internet"



Rabia Abdelkrim es mujer y es africana. También es una activista que exige un cambio de paradigma para integrar la inteligencia de las mujeres y el "savoir faire" de África en la creación de la "verdadera nueva economía" de la Sociedad de la Información. Y para lograr su objetivo derrocha enormes cantidades de energía y habla con un entusiasmo único. ¡Que la disfruten!


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Fecha de publicación: 21/11/2000

Entrevista a Rabia Abdelkrim, investigadora y coordinadora del proyecto Cyberpop/Bombolong de Senegal

Autora: Karma Peiró


"La inteligencia de las mujeres, como la de África, tiene que estar en Internet"

en.red.ando no se podía perder una entrevista con esta utopista que confía en el desarrollo de un mundo mejor entre todos con la ayuda de las nuevas tecnologías, donde TODOS signifique integrar las voces femeninas y las de los países más pobres. En el encuentro de redes ciudadanas Global Conference 2000, celebrado en Barcelona del 2 al 4 de noviembre, fue una de las ponentes más radicales. Tanto... que podría ser que el próximo congreso internacional de estas características, previsto para octubre del 2001, se acabe celebrando entre Buenos Aires y Dakar.

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P. En qué consiste el proyecto Cyberpop/Bombolong, cómo surgió la idea, y qué objetivos persigue.
R. Cyberpop/Bombolong es un proyecto que nace en Senegal para articular los instrumentos de la comunicación dentro de la historia. El Bombolong es un instrumento muy antiguo de la civilización mandiga que sirve de transmisor de la palabra entre pueblos. En su forma, es un enorme tronco de árbol vacío que actúa como tambor. Su estructura de funcionamiento es similar a la de Internet: a través del movimiento de un bastón la gente envía mensajes mediante unos códigos. Pero las herramientas de comunicación han evolucionado, y por ese motivo estrenamos Cyberpop/Bombolong. Cyberpop es una abreviación de Cyberpopular, porque son las personas las que mueven los hilos de un país. Este proyecto, liderado por la ONG Enda, es una manera más de luchar contra las exclusiones, facilitar las dinámicas sociales, y democratizar todos los funcionamientos científicos, técnicos, económicos, etc. Esto permite valorizar todo aquello que saben hacer los actores populares, y abrir las puertas al descubrimiento de nuevas tecnologías para trabajar. Desde que entramos en la Sociedad de la Información nos unimos a la reflexión que le acompaña y nos preguntamos qué podíamos hacer. Estaba claro que no había que dejar pasar más tiempo: aquí no interviene ni la división digital, ni nada parecido que se pueda ligar a los países en vías de desarrollo. Había que iniciar un proyecto cuyo primer objetivo fuera descubrir si la gente de la calle estaba o no interesada en trabajar con las nuevas tecnologías.




Cyberpop/Bombolong



P. ¿Cuáles fueron los principales obstáculos que encontraron?
R. El analfabetismo es muy alto en Senegal, como en tantos otros países de África. Con nuestros colaboradores estudiamos una manera de resolver esto. Y... a los problemas, soluciones, ¿no?. ¿Usted recuerda la figura del escribiente público? Una persona que sabía escribir se encargaba de redactar las cartas personales, oficiales, u otros documentos que la gente de un lugar necesitaba presentar. Nosotros escogimos a los que tenían formación escolar o artesanos para que fueran la interfaz entre la población y las tecnologías. Ellos se encargaron de la sensibilización y de la difusión del proyecto.

P. ¿Había interés por el uso de las nuevas tecnologías?
R. Sí. Después de difundir nuestro proyecto se organizaron debates para saber el grado de implicación que podría tener entre la población, porque no queríamos que fuera nada impuesto. Así nos dimos cuenta de que la gente se comunica todo el tiempo, y que el bombolong- que ha sido durante muchos años la herramienta de comunicación por excelencia- ya se nos había quedado obsoleto. Ahora prácticamente no lo utilizamos, hacemos uso de la radio y el teléfono.

P. Sin embargo, es fácil caer en el discurso de que África lo que necesita, en primer lugar, es atender otras necesidades primarias. ¿Qué responde al respecto como mujer africana?
R. Respondo lo mismo que con el problema del agua: en la mayoría de casas ni siquiera existe la instalación necesaria para que llegue el agua, pero tenemos una fuente a la que acudir que permite, finalmente, que en todas las casas haya este recurso natural. ¡Claro que no nos podemos permitir colocar un ordenador en cada casa!, pero éste puede estar en un centro comunitario, que sea bien utilizado y que además ofrezca otros servicios. Paralelamente, la gente tiene información de cuáles son las reglas, las tarifas de utilización, etc. Los usuarios son los que finalmente deciden la manera de organizarse y los resultados nos han demostrado que con un ordenador por barrio las tecnologías pueden llegar a todos. En estos momentos, gracias al proyecto Ciberpop/Bombolong, unas 10.000 personas de Senegal ya conocen qué es Internet, qué es el centro, y han recibido formación para su manejo.

P. Cyberpop/Bombolong actualmente es una red de ocho Centros Comunitarios instalados en Dakar y sus alrededores. Pero lo más sorprendente es que todos se abrieron al mismo tiempo.
R. Sííí, para crear la red popular enseguida, y hacerlo rápidamente. Es cierto que ha sido muy difícil, ha costado, y ha habido mucha tensión y estrés. Pero te aseguro que si se trabaja con la finalidad de llegar a un consenso general y a facilitar la comunicación entre todos, luego todo transcurre de una manera muy fluida. Así podemos hacer la evaluación también al mismo tiempo. El foro que dirige la red de centros comunitarios está formado por 60 personas que se reunen constantemente para ver cómo funciona todo el proyecto. ¡Es increíble! Esto demuestra que es posible que las organizaciones populares creen redes de trabajo como ésta. También demuestra que esto no es una moda, sino una iniciativa para mejorar las condiciones de trabajo, mejorar la información que se da sobre la sanidad popular, cómo compartirla, generarla, hacerla llegar hasta las mujeres y que todo ello sea de gran utilidad.

P. ¿Cuándo empezaron a discutir sobre todas estas ideas?.
R. Fue en marzo de 1998. Pero fue difícil encontrar patrocinadores que contribuyeran económicamente para un proyecto de estas características. En aquel momento, el Centre de Investigación para el Desarrollo Internacional de Canadá (CRDI, en sus siglas en francés), y a través de la iniciativa Acacia destinada a potenciar las Comunidades y Sociedades de la Información en África, se pusieron en contacto con nosotros. Una prueba de que no nos estamos equivocando en la manera de hacer las cosas son los dos premios que ganamos en la Conferencia Internacional de Bamako 2000, el pasado mes de febrero: Enda como ONG se llevó el reconocimiento por su trabajo cultural; y la Comunidad de Yoff (uno de los ocho centros comunitarios) por su trabajo social en el Sistema de Información Urbana Popular (SIUP).

P. En los países africanos son las mujeres las que mueven buena parte de la economía nacional. ¿Qué funciones y cargos ocupan en estos proyectos?.
R. Este nuevo espacio ha permitido que pongamos a las mujeres en una posición muy visible. Es importante que insista en esto. En Enda, la organización no gubernamental en la que estoy involucrada, nosotras tenemos el 48% de la decisión final, porque ¡somos nosotras las que movemos a la población!. Pero en el día a día, en Cyberpop somos muchas más, casi un 80% entre las que se encargan de la gestión, la tesorería, y de la toma de decisiones más relevantes. Sin embargo, no quisiera que se confundiera mi mensaje como algo feminista: en el debate interno del proyecto, y en el de Enda, está la igualdad entre mujeres y hombres en todos los sentidos, y la lucha contra la exclusión social. Y queramos o no admitirlo públicamente, la mujer ha sido y es uno de los sectores más excluidos de todas las sociedades. También está demostrado que en situaciones de crisis responden mucho mejor que los hombres e intentan encontrar soluciones rápidamente, aunque esto no se tiene en cuenta. Ellas están ocupando una pequeña plaza que hasta ahora estaba desocupada. En América Latina ocurre lo mismo...

P. Aquí también
R. ¡Ah! sí, pues entonces es un mal de todo el mundo (risas).

"Africa y la mujer han sido maltratadas por la historia económica"

P. Me gustaría que me contara quién es en realidad Rabia Abdelkrim, cómo decidió involucrarse en una ONG y qué le mueve a organizar todas estas acciones de sensibilización y difusión del uso de las tecnologías para eliminar las exclusiones.
R. En Enda yo soy investigadora, y antropóloga de profesión. Pero me gusta definirme como una activista militante por África porque considero que ha sido maltratada- como la mujer- por la historia. Ha sido atrapada por la colonización, esclavizada, deportada, y... todavía resiste, y esto desarrolla una cultura de vida. Simbólica y antropológicamente, la historia de mi continente se parece a la de la mujer, y a pesar del sistema, la mujer continua desarrollando una cultura de la vida. ¡Por eso estoy muy contenta de ser mujer africana!. Esto me permite poder pensar en un futuro más justo para el mundo. Además.... soy una utopista (risas). Pero... ¡ves! la gente dice: "¡oooh! los pobres, no tienen qué comer, las mujeres pobres no tienen poder...", pues será una utopía conseguir lo que queremos, pero hace falta creer que lograremos cambiar los acontecimientos actuales. Para mí ya empieza a ser una realidad. Hay una inteligencia extraordinaria en los jóvenes, están contentos, tienen ideas que se deben aprovechar. Es cierto que también hay mucho por hacer, pero estoy harta de decir que la inteligencia y la sabiduría no sólo reside en las universidades. Ahora soy portavoz del proyecto Cyberpop, pero considero imprescindible que sean ellos los que acudan a los congresos y seminarios conmigo, porque hay una dinámica vital que es imprescindible que se incluya en las redes ciudadanas, y otros movimientos similares. Si no lo hacemos no habremos alcanzado la Sociedad de la Información. Eso es lo que pienso...

P. ¿Dónde cree que se encuentra la mujer en Internet o dónde podría estar?
R. Francamente, por el momento no se encuentra en ningún lado. El desafío es precisamente desarrollar el contenido que atañe a la mujer. Hay mucho contenido, pero ¿para hacer qué? ¿Qué me da esta nueva herramienta de trabajo llamada Internet? Poco a poco, las mujeres están reflexionando y empiezan a movilizarse para aportar contenido útil para nuestro continente y para su situación personal. Creo que la Red no consiste únicamente en ver qué hay. A través de nuestra red de centros tenemos la oportunidad de renegociar el contrato social, porque lo importante no es el "status social": hay mujeres que utilizan los coches, pero ¿qué cambia esto?. Ellas se desplazan, es cierto. Está bien, yo también lo hago, pero no quiero utilizar los coches para conducir como un hombre, ni utilizar Internet como un hombre. Yo quiero que ésta sea la ocasión de reponer los problemas de representación social y la definición entre las mujeres y los hombres, y entre el Norte y el Sur.

P. No es fácil....
R. Por supuesto, pero estamos dispuestas a empezar. Hay que empezar por una visión positiva, horizontal y de base. Hace falta que las mujeres de toda la red puedan aportar sus preguntas y que puedan decir: "la Sociedad de la Información es de la inteligencia". La inteligencia de las mujeres, como la de Africa, tiene que estar presente en Internet para resolver los problemas del mundo. No está nada bien lo que ocurre actualmente.

P. Y su solución es un cambio de roles donde las mujeres sean las que tomen las decisiones.
R. ¡Ah, nooo! Actualmente, el mundo está estructurado desde sólo una visión, aportada por un único foco, un único polo: el del hombre blanco, a grosso modo. Y por ello tenemos tantos problemas. Las mujeres del Norte también tienen que aportar su visión; y las mujeres y hombres de otros continentes han de contribuir a la construcción de otro mundo. De lo contrario, el planeta no resistirá mucho más. La historia de la mujer no es para oponerla a la de los hombres. Al contrario: sus experiencias y su inteligencia se han de complementar, y llegar juntos a la resolución de los problemas actuales. Quizás podamos construir un mundo más solidario.

P. Para conseguir un mundo equilibrado es necesario un consenso global.
R. Exacto, pero con las decisiones de los hombres y las mujeres. ¡Históricamente no ha sido así!.... ¡escucha! en uno de los países más democráticos del mundo, en EE.UU, sólo hay un 10% de mujeres en el Congreso. Si entramos en el terreno de la dirección de empresas, casi el 93% son hombres... Tomando estas cifras de referencia, dime: ¡¿Quién está construyendo el mundo actualmente, quién está tomando las decisiones?! Por qué no formamos un equipo las mujeres españolas, las senegalesas, los hombres argentinos, etc... y trabajamos juntos. Si no el planeta no continuará adelante. Y hablamos de la polución, del medio ambiente, y de tantos otros problemas de gran urgencia. Vamos a sentarnos, vamos a discutir, y decidir entre todos, sobre un modelo basado en la sabiduría y la inteligencia. De acuerdo, de nuevo regreso a las utopías, si quieres. Pero la única vía de tirar adelante es a través de la negociación.

Un cambio de paradigma

P. Usted promueve el uso de las nuevas tecnologías para África, pero éstas van unidas a lo que ya se conoce como la "nueva economía", cuyas reglas de juego se contradicen con muchas de sus opiniones.
R. ¡Ahhhh! ¡La nueva economía! ¿Sabes cuál es la nueva economía? No es esa de las "start-ups", de las grandes concentraciones de capital, ni nada de eso. La verdadera nueva economía es la que nosotros debemos construir. Es otra manera de hacer las cosas, de distribuir, de producir, de mejorar las condiciones de vida, el medio ambiente.... otra manera diferente de hacer las cosas en todos los terrenos: el político, el social, el económico.. Lo virtual, de acuerdo, está bien. Pero si no está unido al mundo real... ¿qué provecho va a dar? Bien, es divertido... La nueva economía no consiste en entrar en Internet para aumentar las estadísticas. Tenemos que preguntarnos cómo podemos hacer para que la Sociedad de la Información cambie el paradigma del desarrollo económico entre el Norte y el Sur. No se trata únicamente de un poco de justicia para las mujeres, de algo de pan para África... sino de ¡un cambio de paradigma que nos permita cohabitar el mismo mundo!. Esta es mi reflexión.

P. ¿Ve la posibilidad de llegar a este cambio de paradigma sin la ayuda del Primer Mundo?
R. Primero de todo, no estoy de acuerdo con el planteamiento de la pregunta. No es ayuda lo que necesitamos.

P. Es colaboración....
R. Precisamente. La ayuda unida a la economía no es buena, es la que crea las exclusiones, las periferias. Si te fijas, incluso en Europa la situación de los jóvenes, de las mujeres, es muy difícil y grave. ¡Y eso es por la concentración de empresas! Y los problemas de salud, de la escuela, de los servicios públicos que son cada vez más reducidos y hay gente que ni siquiera puede acceder, están ahí, ¡en Europa!. La ayuda unida a la economía es la que permite que haya un foco pequeño de concentración de dinero y poderoso y para el resto reparte muy poco. ¡No, no necesitamos ayuda en África!. ¡Cooperación real! Porque ¿cómo se ha llegado a enriquecer el Primer Mundo, que ahora se cristaliza en tecnología, máquinas para trabajar y construir...etc.? Como diría Marx, el trabajo muerto es el que nos va a estrangular. La gente habla de África, de los países pobres, y de las cantidades que tenemos que reponer a través de la deuda externa...

P. ¿Cree que llegará el día en que se anulen las deudas externas que tienen los países pobres con los ricos?
R. Aquí nos encontramos con una problemática que se ha de repensar: si hacemos las cuentas reales de la historia de la economía, ¡¿quién debería pagar a quién?! Olvidamos que hay una guerra económica real para imponer los modelos a los jóvenes y tomar por la fuerza las materias primas de nuestras tierras. Después dicen que estamos enfermos, que somos pobres, pero... ¡Africa es un continente muy rico!. El modelo actual hace que aún existiendo materias primas, las redes, la riqueza cultural, la inteligencia, y la forma de producir, parezca que no sirve para nada. Pero finalmente, todo se queda en manos de las grandes multinacionales. Esto que llamamos la Sociedad de la Información, que se cambiará por la del Conocimiento, debe terminar llamándose la Sociedad de la Riqueza Inmaterial. Y con las mujeres pasa lo mismo: se dice que no hacen nada, pero todo el trabajo gratuito que han aportado a lo largo de la historia económica nunca se ha reconocido, ¡y ha permitido una acumulación de riqueza, de máquinas!. Es la manera de concebir las cosas lo que ha hecho que no se nos pague nunca ni a Africa, ni a las mujeres.

P. Sin embargo, esta manera de ver la situación actual no corresponde únicamente al hombre blanco. Si no recuerdo mal, en la mesa redonda en la que usted participó como ponente en el marco del Global Conference 2000, había un hombre negro que comentó que las mujeres estaban unos pasos por detrás de ellos y que lo que tenían que hacer era subirse al tren de las nuevas tecnologías para no quedarse atrás una vez más. Esta apreciación la enojó bastante...
R. ¡Claro! yo le respondí que por favor no dijera esas cosas. Que nosotras no andamos unos pasos por detrás de los hombres. Que somos las que siempre hemos estado delante, tirando del carro. Esta es una posición de hombre. Hace falta que vean que las mujeres están siempre cargando sobre su espalda el peso de la evolución histórica. Pero ¿ves? la concepción del mundo hace que ellos no vean esta diferencia, que no es la fuerza sino la inteligencia lo que vale.

P. Buena parte de las mujeres del mundo tampoco lo ven con sus mismos ojos.
R. Cierto. Hay que trabajar mucho, explicar, escucharse. Es muy difícil. Ésta es la fuerza con la que cuenta el sistema de la dominación. Hubo pueblos que fueron colonizados, dominados... En Sudáfrica ocurrió con el apartheid, y a pesar de todos los sufragios organizados por el sistema se ha conseguido un parlamento que integra un 25% de mujeres en su primer Parlamento. Es difícil, pero tengo la impresión de que a pesar de todas las injusticias, ahora debemos trabajar hasta que no sea necesario reproducir los horrores que la humanidad ya ha demostrado que sabe hacer: el holocausto, la guerra, el apartheid... En el otro lado, todo está controlado por el dinero, por el beneficio propio. Así no podemos continuar por que la Tierra está en peligro. Las nuevas tecnologías nos dan la oportunidad de cambiar esto. ¡No hay más que un módem entre Senegal y Barcelona, y otro entre Barcelona y Pekín!. Algo está emergiendo que nos permitirá reorganizarnos y no dejar el planeta en manos de los que sólo miran por su interés.

Bamako 2000, una experiencia única

P. A partir de su trabajo en Enda, ¿cómo cree que se pueden lograr estos propósitos de renovación global?
R. Desarrollando estrategias juntos para ser más fuertes. Este mensaje es poco evidente, pero puedo asegurar que una estructura de centros comunitarios o una red ciudadana permite que las decisiones de la población civil se escuchen.

P. Nosotros escribimos varios artículos sobre la conferencia Bamako 2000, pero me gustaría que me explicara cómo la vivió usted.
R. El encuentro de Bamako 2000 fue fantástico. En primer lugar, hay que destacar el interés del Presidente de Mali por organizar un acontecimiento para saber cuál era la situación de África en relación al uso y provecho de las nuevas tecnologías, y cómo puede participar en la Sociedad de la Información. Asisto a muchas reuniones, pero en ésta hubo un ambiente muy especial. Además, el hecho de que premiaran a la Comunidad de Yoff por su trabajo social lo hizo más agradable y gratificante. Fui con cinco de los jóvenes que participaron en el proyecto y si vieras cómo los transformó el llegar allá y que la gente los escuchara, que tuvieran la oportunidad de discutir, que les hicieran fotos con el presidente de Mali.... ¡Esto les dio fuerza! Ese fue el resultado más importante para mí de Bamako 2000. Ellos han creado un espacio cultural que habitualmente era muy cerrado, y consiguieron involucrar a toda la población para escribir la historia de esta gente.

P. Egipto, Sudáfrica y Senegal son, por el momento, los principales países africanos cuyos gobiernos han apostado por el uso de las nuevas tecnologías. ¿Cómo conseguir lo mismo en otras partes?
R. Poco a poco. Si contamos el número de conectados es cierto que somos muy pocos comparados únicamente con Manhattan, pero incluso esto es una manera de verlo. Detrás de cada una de nuestras conexiones hay 100, 200 personas que están utilizando las nuevas tecnologías, a través de un ordenador por barrio. ¿Cómo crees que utilizamos el teléfono? De la misma manera. La solidaridad es una obligación, hay que compartir el teléfono y con la misma línea se reciben las llamadas de toda la gente del barrio. Para Internet y el uso del correo electrónico la gente ha reproducido el mismo funcionamiento. En Senegal, todavía esto tampoco ha sido valorado. Osiris, que es el Observatorio de la Sociedad de la Información Nacional, está realizando algunos estudios al respecto. Estoy contenta porque en Senegal hay, además, una voluntad real por parte del gobierno para que las nuevas tecnologías estén al alcance de todos.

P. De cuánto tiempo estamos hablando para que la situación del mundo esté más equilibrada.
R. Es difícil de estimar. No podemos hablar de conseguir el mismo nivel que los países ricos. El presidente de Osiris ya lo dijo: la concepción de las grandes empresas es demostrarnos que todavía nos hacen falta muchos años para conseguir un tanto por ciento muy reducido de lo que nos pertenece. Y creo que esta postura es la de la guerra económica, con la única finalidad de mantenernos la cabeza bajo el agua. Imagina que nuestro paradigma es posible... yo aquí, en Barcelona, en el Gobal Conference 2000 he empezado a creer después de escuchar el resto de experiencias de otras partes del mundo muy pobres. Utilizar las tecnologías para mejorar las condiciones de vida, producir el contenido que necesita la Red, olvidar las competiciones, y entrar en contacto con el gobierno y las empresas para trabajar juntos. La utilización del teléfono móvil es un ejemplo de esto mismo. Es cierto que tenemos el problema de la alfabetización, de la sanidad, de la pobreza, del agua, del medio ambiente, la desertificación... y a resolver todo esto es a lo que tenemos que dedicarnos, ¡olvidarnos de las competiciones!. Perseguir el desarrollo real.

P. Por todas estas causas que acaba de citar, los más escépticos creen que el Tercer Mundo sufrirá las consecuencias de la división digital.
R. ¡Ooohh! ¡La división digital, la exclusión social! Me río yo de la división digital, Karma. Quienes hablan de división digital son los mismos que han inventado lo de la nueva economía. El mundo ya estaba dividido hace mucho tiempo, lo digital no ha venido a cambiar nada. Sólo hace falta fijarse en los indicadores. Al contrario, sí que creo que gracias a este mundo digital vamos a reducir las divisiones. ¡Ya verás!

Otros artículos relacionados:
De Bamako 2000 al Global CN 2000
http://enredando.com/cas/enredantes/enredantes67.html

¡Que viene Africa!, por Karma Peiró (15/08/2000)
http://enredando.com/cas/editorial/editorial228.html

Entrevista a Antonia Stone, fundadora de CTCNet (Community Technology Centers' Network) . "El uso de la tecnología hace capaces a las personas" (2000)

en.medi@: Tema a tema de División Digital.
Recopilación de los mensajes enviados por los participantes del espacio de debate y reflexión en.medi@ de en.red.ando sobre la 'División Digital'.

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Perfil: Rabia Abdelkrim-Chikh nació en Argelia, pero en un momento de su vida, después de haber viajado por todo el mundo, decidió que por asuntos políticos de su país debía partir a Senegal para continuar con su trabajo.

Antropóloga e investigadora de profesión, ha dedicado buena parte de su vida a la investigación y a la enseñanza en la Universidad de Orán (Argelia) y en Aix en Provance (Francia).

Ahora, desde la Organización no Gubernamental Enda, coordina el proyecto Cyberpop/Bombolong para acercar las nuevas tecnologías al pueblo de Senegal.

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* en.red.ando fue una publicación electrónica pionera en Internet. El periodista científico Luis Angel Fernández Hermana la creó en 1996 y estuvo en activo hasta el verano del año 2004.
Durante los 8 años de vida, en.red.ando acumuló más de un millar de artículos de un centenar de colaboradores repartidos por todo el mundo, en especial de Latinoamérica. Por desgracia, ya no se encuentra nada de todo aquello en la Red.